El gato persa suele ser tranquilo, dormilón, no parece ser muy expresivo, sin embargo una vez que está apegado a sus dueños, con una mirada basta para darse a entender sin problemas.
Son animales tranquilos, que transmiten esa serenidad a quien convive con ellos. No tendrás problemas por treparse a las cortinas, ni por dañarte las paredes.
Esta raza de gato no tiene capacidad para desenvolverse por sí solo, sólo puede subsistir como gato doméstico.
Las crías de gato persa son de pelaje cortito, llegando a su pelaje largo característico en la segunda muda del año.
El maullido del gato persa es muy suave, además de emitirlos muy ocasionalmente.
Pueden convivir con otros animales, y no tienen problema si van a estar en presencia de perros.
Si tienes niños, no tendrás problema, pero considera que los gatos deben tener un lugar tranquilo para mantenerse relajados.
También es recomendable que puedan jugar y disponer de entretenimiento, con juguetes especiales para ellos, y dedicándoles un rato para convivir con ellos.
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